De qué manera afecta la construcción espacial al desarrollo neuronal de los niños?

Que pasa en el cerebro de los niños cuando estan 10 horas al día encerrados dentro de un aula pequeña en vez de estar en contacto con el aire libre y la naturaleza?

Cómo afecta al aprendizaje estar rodeado de naturaleza y espacios abiertos o de cemento y espacios cerrados?

Varios estudios demuestran cómo afecta la invasión del espacio personal por parte de los demás a las personas. Este círculo que se considera parte del propio espacio personal es variable según las personas y las culturas y la dimensión del espacio donde se producen las interacciones con otros. Esta percepción de la invasión motivada sobre todo en los espacios escolares por el número de niños por metro cuadrado que hay en las aulas tiene afectaciones importantes en la construcción de las conexiones neuronale

s. Las personas que sienten su espacio invadido aumentan la actividad cerebral de las áreas de la atención emocional, están en mayor estado de alerta.

El detector del miedo, el peligro y el dolor está situado en la amígdala de nuestro cerebro Wulf Hausbensak coaturor del estudio a Caltech cita «La amígdala analiza el ambiente de manera continua en busca de estímulos que predigan el peligro» mientras nuestro cerebro está en este grado de tensión, aunque pueda parecer poco, tiene muchas más dificultades para aprender y memorizar contenidos de aprendizaje. «La amígdala siempre actúa de

manera muy interactiva con el resto del cerebro» comenta Morgado, porque el miedo no se localiza en un único lugar en nuestro cerebro sino que es la respuesta a un conjunto de reacciones de nuestro sistema neuronal en conjunto.

La reducción del espacio de movimiento, el ver limitada la acción libre, sobre todo cuando más pequeños son los niños, mayor afectación tendrá la limitación de su espacio y en consecuencia de su movimiento.

Los espacios limitadores pueden provocar situaciones de estrés en los niños. El estrés puede causar cierta desconexión de algunas redes neuronales relacionadas con la memoria. Así como mayor dificultad en la concentración. Pensemos que los niños tienen un cerebro aún inmaduro y sus conexiones neuronales que les permiten tener estrategias de afrontamiento del estrés o la ansiedad son menores que las de los adultos.

Hay que tener en cuenta que los niños desde que nacen aprenden mediante la exploración por medio de todos los sentidos, si se observa un niño de 10 meses a pesar de que aún no camine, se desplaza, coge, mira, huele, prueba … esta capacidad motivada por un interés por descubrir el mundo es la base del aprendizaje natural de los niños. En los sistemas de aulas tradicionales, donde limitamos o casi anulamos su posibilidad de movimiento, los niños están obligados a no moverse de la silla durante horas. Donde tampoco tienen al alcance objetos para explorar, no hay lugar en las aulas para tener todo el material que requeriría un aprendizaje significativo, lo sustituimos por libros o pantallas. En 3 o 4 años los niños pasan de un papel activo de protagonistas de sus descubrimientos a un papel pasivo donde deben recibir lo que el adulto, maestro le ofrece, en general a través de imágenes. Este hecho tiene consecuencias importantes para muchos niños. Los hay que construirán estrategias adaptativas y quizás sólo sentirán aburrimiento cuando podrían aprender lo mismo de una manera mucho más amena e interesante. Pero para muchos otros las consecuencias irán mucho más allá y tendrán afectaciones reales y duraderas en sus capacidades de aprendizaje.

En el estudio al que hacemos referencia en el número 5, realizado por la universidad de Saldford, concluye que unas buenas condiciones ambientales en el aula pueden hacer mejorar hasta un 25% el rendimiento escolar de los niños.

Aspectos como el color, la iluminación del aula, la amplitud del espacio y el tipo de mobiliario, la compartimentación del espacio en zonas variadas, las conexiones entre aulas y pasillos son aspectos que tienen una importancia capital y que pueden llegar a ser muy significativos en los procesos de aprendizaje de los niños.

En un estudio en el que participaron más de 21 000 estudiantes, aquellos que estudiaron con más iluminación obtuvieron, respecto a los alumnos que estudiaron en condiciones lumínicas más pobres, unos resultados un 20% por encima de ellos en matemáticas, y un 26% por encima en pruebas lectoras (Heschong Mahone Group, 1999)

Y si los alumnos realizan las tareas académicas en aulas con ventanas abiertas que dan a espacios verdes, mejora su atención ejecutiva mientras las hacen (Li y Sullivan, 2016;

Los principales pedagogos de los que aún bebe la pedagogía moderna, Rousseau, Froebel, Steiner, Montessori, Sensat o Malaguzzi defienden la necesidad del aprendizaje significativo y de la libertad de acción de los niños dándole un papel activo en su propio proceso de aprendizaje.

Esto convierte el espacio al aire libre y en especial el entorno natural en una de las mayores fuentes de aprendizaje que los niños pueden tener. Ya que aglutina los dos elementos, acción y significación. La mayoría de los aprendizajes que se dan en el aula se pueden hacer en el espacio exterior aprovechando los recursos naturales.

Otro elemento importante de ofrecer espacios naturales como espacios de aprendizaje es el crear una nueva vinculación para el niño de donde poder buscar y experimentar cuando tenga necesidad. Para superar la imposición casi omnipresente que la única fuente de información posible es la de las nuevas tecnologías a través de móviles y tabletas.

Utilizar los espacios natural como fuente de observación y aprendizaje es una introducción a la ciencia de la biología, la química, la física, la astrología, la filosofía … podemos crear infinitas posibilidades de aprendizajes. Además de educarlos en el respeto y cuidado del medio ambiente

Para hacerlo posible sería necesario transformar los espacios educativos actuales, para incluir el aire libre y los elementos naturales en el aula. No hablamos de hacer más excursiones a la montaña, eso estará bien seguro. Defendemos que el espacio natural sea parte del cotidiano de los niños en la escuela. Por tanto, que las aulas estén en interacción permanente con el aire libre, que el dentro y fuera se funda con puertas y paredes que se puedan abrir al máximo. Que las propuestas educativas que haga el docente incluyan diariamente propuestas al aire libre y en contacto con la naturaleza. Que estas si son flexibles puedan permitir a los niños elegir si trabajar en un espacio abierto o cerrado, al aire libre o dentro del aula.

Hay niños que necesitan un espacio contenedor, limitador para ayudarles a concentrarse, el aire libre y los espacios demasiado abiertos los distraen y les cuesta más realizar actividades como leer, pensar, o escribir. En cambio hay otros que necesitan moverse para poder pensar y crear, que necesitan sentirse libres y poder hacerlo estirados en el suelo. Ofrecer espacios de aprendizaje donde el dentro y fuera no sea similar a lugar donde se aprende y lugar donde se juega como si fueran cosas antagónicas es la vía que defendemos para ir hacia una mejor educación, una educación para todos.

Referencias bibliográficas

  1. Barrett P. S. et al. (2017): “The holistic impact of classroom spaces on learning in specific subjects”. Environment and Behavior 49
  2. Lewinski P. (2015): “Effects of classrooms’ architecture on academic performance in view of telic versus paratelic motivation: a review”. Frontiers in Psychology 6
  3. Li D., Sullivan W. C. (2016): “Impact of views to school landscapes on recovery from stress and mental fatigue”. Landscape and Urban Planning
  4. Nair, Prakash (2016). Diseño de espacios educativos: Rediseñar las escuelas para centrar el aprendizaje en el alumno. SM.
  5. http://h2020.fje.edu/wp-content/uploads/2016/09/Article_Salford_CAT.pdf
  6. http://www.ugr.es/~patrimonioeducativo/ambitos/socializacion/Mar%C3%ADa%20Garc%C3%ADa%20Aivar%20TFG%20educacion%20naturaleza.pdf